Soy psicóloga y enfermera con más de veinte años de experiencia acompañando a personas en momentos decisivos y conflictivos. Mi trayectoria une la consulta, la psicoterapia y el trabajo en primera línea, entrando en hogares y situaciones de máxima vulnerabilidad y urgencia. Esa práctica se suma a mis valores humanos y profesionales, potenciando la claridad, la confianza y el respeto que pongo en cada proceso.

No trabajo con fórmulas generales: cada persona es única y cada historia merece ser honrada y reconocida como es. Por eso personalizo cada acompañamiento, porque sé que lo que de verdad resuelve no es aplicar un manual, sino mirar lo esencial sin máscaras y ayudarte a que tú también puedas mirarte desde tu autenticidad.

Desde muy joven mi vida estuvo marcada por la autonomía y la perseverancia. Aprendí que las excusas nunca son una salida y que la confianza en uno mismo es el recurso más valioso que tenemos. Esa convicción atraviesa mi manera de trabajar: directa, cercana y orientada a la raíz de lo que bloquea, para que avances con claridad y fortaleza interior, sin rodeos y en procesos que no te quiten más tiempo ni energía.

Hoy combino mi labor asistencial y terapéutica con la escritura, y en los próximos meses verán la luz mis libros —una novela y un ensayo profesional— que acompañarán conferencias abiertas al público. Todo ello forma parte de la misma visión: unir ciencia, conciencia y humanidad para acompañar a las personas en su proceso de cambio.

Algunas personas me llaman con cariño Carmélica, la psicoenfermera, cuando estoy en mi labor cercana en primera línea como enfermera, pues mantengo un estilo humano, directo y con humor incluso en medio de lo más difícil. Ese toque de cercanía convive con mi profesionalidad como psicóloga, y ambos reflejan una profesional que respeta y honra la singularidad de cada persona que acompaña, con un estilo precisamente por ello directo y claro a la vez que cuidadoso.